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Foto del escritorAndrew Vega

“Poéticas textiles: afirmando nuestras indigeneidades” 

Exposición colectiva presentada virtualmente el 9 de agosto Día de los Derechos de los Pueblos Originarios en el marco del Proyecto Kametsa Asaike - Buen vivir en lengua asháninka de la Asociación MigrArte Perú en Berlín. 
Curaduría: María eugenia Yllia



El colectivo Trenzando fuerzas presenta Poéticas textiles: afirmando nuestras indigeneidades, exposición colectiva que reúne un conjunto de piezas realizadas en cocreación por las artistas Liliana Avalos, Isabel e Irma Colote, Patricia Orbegoso, Jesucita Carpio, Julia Salinas, Chela Cardich Portal, Rossi Castellanos, Wilma Maynas Inuma Peco Runa, Lourdes Chambi Chiara,  Cynthia Guerra Sifuentes y Avril Filomeno inspiradas en los artículos del Convenio 169 de la OIT. 

En esta nueva serie, las artistas siguen apostando firmemente por atender las problemáticas más urgentes de nuestro tiempo: la defensa de los conocimientos, territorios, lenguas, los recursos ecológicos custodiados milenariamente por los pueblos indígenas, y principalmente el derecho que tienen sus pobladores a tener una vida plena con respeto a sus autonomías y formas de relacionarse con su entorno.


La importancia de recordar estos valores marca el punto de partida de esta exposición y los visibiliza en diversos elementos. Uno de ellos es el de la vigencia de las lenguas originarias y la elección de los nombres bilingües de las obras, plasmados en quechua, shipibo-konibo y español, idiomas que varias artistas han oído o  aprendido en su ámbito doméstico y que utilizan o retoman con orgullo en sus creaciones: Kaqninpura kaqnin kaman (derecho a la igualdad y respeto); Mama pachanchikpaq derechun (derecho a la tierra y al territorio), Yuyarinapaq qilqakuna (dibujos para recordar); Nai nete-pachamama, derecho a la identidad cultural. 





La noción del buen vivir y la cualidad de entender y escuchar a la tierra, tan arraigada en las ontologías de los pueblos originarios, son prácticas que inspiran y  movilizan los intereses de las artistas. Su apuesta por la cocreación se complementa con la elección de fibras naturales de algodón y ceibo, lana de oveja, alpaca; procesos de teñido con pigmentos vegetales o el uso de kipus, llicllas y piezas elaboradas en telar de cintura, o la incorporación del kené, encierran memorias de pueblos, comunidades y familias que siguen siendo transmitidas intergeneracionalmente. 





La importancia del proceso es un punto clave para descubrir cada una de las obras y revela la manera de cómo han vivido y sentido sus indigeneidades cada una de las artistas, experiencias individuales, familiares y colectivas; historias de segregación, discriminación, pero también de resiliencia, sororidad y orgullo. El dibujo, la pintura, la impresión, el anudado, los bordados y las arpilleras han dado espacio a relatos tejidos, que como pieles, presentan pliegues, huellas y texturas que metaforizan la vida de los pueblos indígenas y sus luchas por sobrevivir a todas las formas de dominio. Cada pieza celebra el derecho de enunciar desde sí mismas y se convierte en espacio de exploración estética y política. La muestra nos recuerda que cuidar la tierra ante el cambio climático no es una tarea exclusiva de los pueblos indígenas, se trata de una responsabilidad compartida, de una urgencia que compete a todos y todas.






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